¿Cuánto dura la psicoterapia?

¿Cuánto dura la psicoterapia? La respuesta a esta pregunta y a otras la encontrará en esta misma web. Somos Senda Psicólogos Alcorcón, su centro de Psicología y Psicoterapia en Alcorcón.

PREGUNTAS FRECUENTES

Exponemos, a continuación, una serie de preguntas que nos han formulado en diferentes ocasiones y que esperamos permitan entender y conocer mejor nuestro trabajo.

1ª ¿CUÁNDO ES NECESARIA UNA PSICOTERAPIA?

Habitualmente, solicitamos una consulta afectados por un malestar que no podemos explicar y para el que buscamos soluciones, pero no hay un indicador único de la necesidad de una psicoterapia. Lo podemos hacer aconsejados por amigos, familiares o médicos porque, a veces, nuestro entorno percibe mejor nuestro propio sufrimiento. En otras ocasiones uno mismo se alarma cuando su malestar aumenta y decide consultar. Puede suceder que ni siquiera tengamos un malestar definido, uno siente que le falla algo, pero no sabe bien de qué se trata. En general, es bueno no esperar demasiado para consultar porque podemos estar sufriendo inútilmente. Probablemente, cuanto antes acudamos al psicólogo, más fácil nos resulte trabajar. Pero nunca es tarde, siempre estamos a tiempo.

2ª ¿CUÁNTO DURA UNA PSICOTERAPIA Y CUÁL ES SU FRECUENCIA?

Como hemos explicado en esta web, la duración de una psicoterapia no se puede prever. Hay muchos elementos que hacen variar esta duración: el tipo de problema, la frecuencia de sesiones, la modalidad de abordaje requerida. Nuestra respuesta a la psicoterapia, nuestro proceso, siempre tiene algo de imprevisible, de particular; cada uno necesita avanzar a su propio ritmo. La duración de una psicoterapia también depende de hasta dónde queremos llegar, a veces sentimos que nuestro trabajo no ha terminado aunque hayan remitido los síntomas y nos encontremos mejor. Todo ello debe hablarse durante la psicoterapia. Lo ideal es que el momento de concluir sea acordado con el psicólogo y trabajado como una parte más del proceso.

Lo mismo podemos decir respecto a la frecuencia de las sesiones. Siempre es necesario establecer unas reglas que regulen nuestro trabajo, eso incluye el horario de las sesiones, la frecuencia y los pagos. Tales reglas constituyen el encuadre de una psicoterapia, ordenan nuestra relación con el psicólogo y establecen eso que llamamos el vínculo terapéutico. Pero son reglas que no pueden generalizarse, aunque sí cuestionarse y revisarse durante el curso de la psicoterapia.

3ª ¿EN QUÉ CONSISTE UNA PSICOTERAPIA? ¿QUÉ TENGO QUE HACER?

Nuestras consignas iniciales son sencillas: se trata básicamente de hablar y de ser escuchado. Pero no se trata de charlar como podemos hacer con un amigo, ni de un intercambio recíproco de experiencias personales, opiniones o formas de ver la vida. Tampoco se trata de, simplemente, desahogarse hablando. Independientemente de las técnicas que empleemos, la palabra tiene una asombrosa capacidad de curar, de tocar las emociones, de cambiar la expresión de la angustia o los síntomas. Se trata, entonces, de abrir y facilitar los recursos de expresión de cada uno, de encontrar nuevos caminos pasando por los diferentes momentos del proceso.

4ª ¿DE QUÉ ME VA A SERVIR HABLAR DE COSAS PASADAS QUE YA NO SE PUEDEN CAMBIAR?

Gracias al lenguaje, nuestra vida, nuestras experiencias, se inscriben en nuestro cuerpo como si fueran las páginas de un libro. Al releer ese libro aparecerán aspectos de él en los que no habíamos reparado, errores ortográficos, párrafos ilegibles, hojas emborronadas o en blanco… Como la psicoterapia también se basa en el lenguaje, tiene la capacidad de reescribir y resignificar nuestro cuerpo-libro. Hablar de malas experiencias, o de problemas pasados o presentes cuando es el momento, no sólo no hace daño, sino que hace bien. A veces, por supuesto, no resulta fácil, por eso cada uno necesita su propio tiempo. Si evitamos lo doloroso, aunque sea con la mejor intención, si intentamos forzar el olvido, reprimir el pasado, quedaremos condenados a repetirlo. El olvido forzado no borra las inscripciones, sólo las tapa o las disimula. Pero siguen ahí, nos siguen afectando: los síntomas, ciertos actos, ciertas repeticiones dolorosas lo muestran.

5ª ¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE EL PSICÓLOGO Y EL PSIQUIATRA? ¿ESTÁ EL PSICÓLOGO EN CONTRA DE LA MEDICACIÓN?

Básicamente, el psicólogo basa la cura en la psicoterapia, es decir, en la palabra, y el psiquiatra la basa en los psicofármacos. No es que el psicólogo esté en contra de la medicación y las pastillas, el papel de estas puede ser fundamental para aliviar un sufrimiento psicológico intolerable y controlar las crisis más graves. El problema radica, en ocasiones, en la forma de administrar los psicofármacos. Por ejemplo, si estos se prescriben indiscriminada o indefinidamente, o como única vía de cura sin escuchar el sufrimiento de la persona y sus causas. El resultado es, entonces, el encierro de esa persona en la dependencia del fármaco y la negación de una parte de su propio ser, similar a lo que hemos descrito en el 1er. tiempo del proceso de la psicoterapia.

6ª ¿LA PSICOTERAPIA PUEDE CREAR DEPENDENCIA?

Los sentimientos por los que pasamos en una psicoterapia pueden ser muy diferentes, a veces intensos. La sensación de dependencia respecto al psicólogo puede aparecer, pero este será un aspecto más para tratar en la propia psicoterapia. Por supuesto, el psicólogo no debe alimentarlo y menos aprovecharse de él. Mantener una posición ética es un aspecto esencial de la formación de un psicólogo. Por eso, insistimos, es importante elegir bien quién nos va a tratar. El objetivo de una psicoterapia es, en general, el contrario: desarrollar cuanto antes una autonomía personal decidida y responsable.

7ª ¿EXISTE EL SECRETO PROFESIONAL?

Sí, el secreto profesional es otro aspecto fundamental del código ético del psicólogo. En ello se basa la confianza que pueda ofrecernos. Esto no impide que un psicólogo pueda consultar con otros profesionales en los que confíe algunos aspectos de un caso (a esto se le llama supervisión clínica), siempre preservando el anonimato.

La obligación del secreto profesional rige para todos, incluyendo los familiares más cercanos. Aunque las preguntas y preocupación de los familiares sea lícita, el psicólogo tiene un compromiso de confidencialidad y no puede informar a terceras personas sin el conocimiento y el consentimiento previo del paciente.

8ª ¿CUÁNTO CUESTA UNA PSICOTERAPIA?

No existe una tarifa oficial, ni una regla fija para el cobro de las sesiones. Cada psicólogo marca su propia tarifa. En principio esta no debería resultar un impedimento insalvable para acudir a la terapia. A veces, puede variar en función de la frecuencia u otras circunstancias particulares. En general, puede resultar una buena medida desconfiar de psicólogos muy baratos o muy caros. Además, el pago es una parte importante del tratamiento, es el reconocimiento del trabajo del psicólogo, define el tipo de relación que debe establecerse (ni caritativa ni amistosa) y nos otorga el derecho de exigir un trato profesional y una formación adecuada por parte del psicólogo que nos atiende.

9ª ¿SON IGUALMENTE VÁLIDAS LAS PSICOTERAPIAS QUE OFRECEN LOS SEGUROS MÉDICOS PRIVADOS O LOS CENTROS PÚBLICOS DE SALUD?

La validez de una psicoterapia depende de la profesionalidad del psicólogo que la realiza y de las condiciones en las que puede trabajar. Tanto los centros públicos como los seguros privados ofrecen un número limitado de sesiones y una posibilidad limitada de elegir al profesional. En el caso de los seguros privados, además, pagando unos honorarios muy bajos a los psicólogos que las realizan. Esto, sin duda, condiciona la psicoterapia. Ello no quiere decir que no haya excelentes psicólogos en esos servicios que puedan ayudarnos, y tampoco que en un centro privado la eficacia de la psicoterapia esté garantizada. Pero consideramos conveniente que sean las condiciones del tratamiento las se adecuen a nosotros y no nosotros a las condiciones.

10ª ¿IR AL PSICÓLOGO QUIERE DECIR QUE UNO ES DÉBIL O ESTÁ LOCO?

Ni el malestar psicológico, ni los síntomas que hemos descrito en esta web, tienen que ver con la fuerza de voluntad o de carácter, tampoco con la inteligencia, ni indican una enfermedad mental. Todos sufrimos, porque en la vida sin sufrimiento no habría creación, no habría cambio. Tampoco nos resulta fácil aceptar que no controlamos todo lo que somos, lo que queremos o lo que hacemos, que algo siempre se nos escapa. Entonces, cuando toca sufrir, a veces, en el mejor de los casos, hacemos síntomas; es decir, expresamos ese sufrimiento, lo expulsamos al exterior haciéndolo visible y comunicable.

Saber buscar ayuda cuando la necesitamos es, más bien, una muestra de inteligencia y un primer indicador de salud.

11ª ¿LA HOMOSEXUALIDAD O LA TRANSEXUALIDAD TIENEN QUE VER CON LOS TRASTORNOS MENTALES?

El sexo es subjetivo, particular en cada uno de nosotros, pudiendo darse todo tipo de combinaciones y manifestaciones. Cada uno tendrá que buscar sus propias respuestas que nunca se adecuan al instinto animal, ni a los modelos sociales que nos dictan la supuesta “normalidad”.

Esto quiere decir que, a priori, cualquier manifestación del deseo o de la identidad sexual es igualmente válida. Sólo podemos considerar la sexualidad como síntoma cuando el goce que manifiesta no puede ser vinculado a una relación sexual, es decir, cuando nuestra sexualidad no hace vínculo con el otro, cuando no hace pareja sea del tipo que sea y esto nos provoca malestar. Si así nos sucede, la psicoterapia nos puede ayudar porque también la sexualidad se construye y se manifiesta el terreno de la palabra y del lenguaje.

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